martes, 9 de noviembre de 2010









El super yo, que nos subdesarrolla


El ejercicio ilimitado de nuestros derechos, puede vulnerar derechos del que está por nacer.


El fenómeno del “tabaquismo pasivo en la infancia” se ha convertido en un problema de salud pública, que afecta a las madres gestantes y a la población infantil menor de cinco años, ocasionando la muerte en los recién nacidos y enfermedades de alto costo y de difícil tratamiento en los distintos Sistemas de Salud de los países desarrollados y subdesarrollaos, tal como lo indican las investigaciones realizadas por el Servicio de Neurología del Hospital Clínico Universitario de Valencia.



Consideramos pertinente hablar sobre el origen de este problema, pues radica en la falsa creencia de las personas respecto al ejercicio ilimitado de sus derechos. Si bien es cierto en Colombia es posible tomar la decisión de ser fumadores activos o pasivos, no tenemos el derecho de perjudicar la salud de otras personas, que aún no han tomado la decisión de convertirse en fumadores activos o tal vez, en asumir libremente las nocivas consecuencias de ser fumadores pasivos.


Por otra parte, sabemos que el Estado Colombiano no restringe a sus ciudadanos la facultad de procreación; somos libres para decidir si queremos ser padres o madres. Y es tan evidente la protección del Estado, que brinda a la mujer una protección y asistencia especial durante el embarazo y después de él, tal como lo contempla el artículo 43 de la Constitución Política de 1991.
En consecuencia, la mujer cabeza de familia es protegida por el Estado Colombiano.

Sin embargo, como ciudadanos nos preguntamos si es válido exigir al Estado protección y asistencia en materia de salud, a pesar de que nosotros mismos faltemos a los derechos y deberes en la institución familiar consagrados en el Artículo 42 de la Carta Política, el cual señala que “La pareja tiene derecho a decidir libre y responsablemente el número de sus hijos”, pero también establece que “Las relaciones familiares se basan en la igualdad de los derechos y deberes de la pareja”, por lo que si analizamos el caso de los niños que mueren a diario por la adicción de sus padres al cigarrillo, se evidencia que los derechos fundamentales del recién nacido y de los menores de cinco años en el núcleo familiar, no están siendo garantizados por sus padres y tampoco están en un plano de igualdad, ya que sus problemas de salud se deben a complicaciones adquiridas por el vicio al tabaco de sus progenitores y no porque hayan llegado a una edad madura, para ser conscientes de lo que implica convertirse en fumadores activos, o en permitir ser fumadores pasivos.





Para ser más claros, el fenónemo del “Tabaquismo Pasivo Infantil” consiste de la afectación al bebé en gestación y después de su nacimiento, cuando se ve expuesto al humo del cigarrillo, cuando la madre es fumadora activa y fuma durante el embarazo o después del nacimiento del recién nacido, situación que perjudica el desarrollo integral del infante y en casos más graves de salud, puede quitarle la vida.

La razón de ser de nuestro interés por esta problemática, se debe a las distintas investigaciones, que hemos encontrado en Internet y que nos hablan de las dificultades que se presentan en la vida reproductora tanto de hombres como mujeres que son adictos al cigarrillo o son fumadores pasivos, ya que en el momento en que deciden ser padres, ignoran que sus hijos en un futuro podrían presentar problemas respiratorios u otra serie de complicaciones en su salud ocasionadas por los componentes del cigarrillo.

Lo importante, es que países como el nuestro, no poseen la infraestructura necesaria en el Sistema de Salud, para hacerle frente económicamente a los distintos procedimientos y tratamientos médicos que se necesiten para salvar la vida de un menor, por lo que Colombia estaría lejos de contribuir con la meta de la Reducción de la Mortalidad Infantil.



De manera que, si como ciudadanos faltamos a nuestro deber constitucional de cuidar nuestra salud, no sólo causamos un gran daño a nosotros cuerpos, sino a seres que están por nacer y que nosotros mismos los traeremos al mundo, en el instante en que decidamos ejercer nuestra facultad de procrear.




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